
Admirables y sorprendentes, los animales se adaptan a situaciones realmente penosas. Para escapar de su enemigo, son capaces incluso de amputar voluntariamente una parte de su cuerpo. Esto es lo que hace el lagarto con su cola y el cangrejo con sus patas. Después sólo hace falta un poco de paciencia hasta que el órgano amputado se regenere.
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